Dicen que existe una pareja perfecta para todo el mundo.
Aunque fuese cierto, siempre sentí que la mía estaba muerta.
Comencé a ver la soledad como un hermoso manantial del cual podía beber diariamente para existir sin motivos.
Dicen que Hiden tiene infinitas mascaras según su propósito.
Pero nadie sabe si las lagrimas de sangre que se deslizan sobre ellas son de la mascara o de lo que hay detrás.
De pronto apareciste.
Creí que eras solo un anima.
Te vi tan radiante como un fantasma.
Pero cuando te vi sonreír, comprendí que estabas viva.
También comprendí que el que estaba muerto era yo.
Muerto y pudriéndome.
Observé la melodía mas cruel entonada en el infierno, y no era mas que un retrato de mi ausencia causándote tristeza.
Te estaba ahogando en mi manantial de soledad.
Hice llorar a los ángeles.
Hice gritar a los volcanes, y me hundí en sus entrañas.
Incendie las alas rotas.
Derretí mi carne y convertí mis huesos en cenizas.
Caos.
Sufrimiento.
No fue por conciencia.
No fue por lastima.
Ya se acabo el miedo.
Son enormes alas nuevas ayudándome a salir del fuego.
Es un cuerpo desnudo como hermoso atuendo para un alma nuevamente pura.
Es mi espíritu con renovadas fuerzas.
Jamas te volveré a dejar sola entremedio de las sombras.
Es por amor.
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