Yacía en medio de una catedral.
En donde las voces en perfectos tonos de los niños, inocentes de mi perversión, casi me hacían flotar.

O quizás solo estaba viendo Sin City otra vez.
Donde no sabes si deriva del expresionismo alemán y su escenografía. O solo es una derivación del alcohol y la hermosa Goldie.

Estaba todo bien.
Sin embargo, yo seguía en el mismo ajedrez.
Por segunda ves, una premonición me hablaba sobre mi destino, y yo me negué a creerlo.

Creo que necesito más píldoras. Para no verme frente al espejo como Allan Poe.

Estira tu alma y ve si puedes alcanzarme. Que mis fotografías se están revelando.
No necesito mas luz.
Es el motivo perfecto para tu muerte.
Hazlo por mí.
Acaricia el silencio.

La exquisita escena; en donde el maldito idiota ni siquiera grita mientras el perro se lo está comiendo.

A todo esto...
Me dio hambre.