Ya casi son las 5:00 a.m. y tu cuerpo debe estar postrado en las sabanas que preguntan ¿por qué?
¿Por qué existe el extraño aroma de un adiós que se fusiona en tu memoria?

Y aunque caminé solo casi toda la noche no pude acortar la distancia que sepulta mi esperanza.

No fue un error embriagarme con tus labios de jaspe.
Casi cornalina.
Ni fue una exageración besar tus ojos. Para que no pudieras ver en mi rostro cómo despedía momentáneamente mi soledad.
Tu deberías saber mejor que yo, que nos estamos enamorando.
Deberías sentir que mis dedos aprietan entre sí tus flores con un tono distinto.

Es algo especial.
Y es que las grises llaves con las que cierro mis puertas ya no fueron necesarias.

¿Para que fotografiar las estrellas si tengo algo más hermoso sobre mi?
Te tengo a ti.
Tengo al sol burlándose de mí. Y ni un centavo para serenatas.
Pero está mi voz dispuesta a entonar un te quiero.
Y mis fotografías comienzan a tomar color, dejando a la muerte en sepia.

De esta forma me hiciste comprender la magia del viejo y apolillado puerto.
Dejando nuestro espíritu plasmado en una escalera de bar, o en el pilar donde nos besamos la primera vez.
Y es que el licor que me diste a beber de tu boca aun circula en mi sangre.

Soy solo una sombra a la que no se le permite amar, violando la ley.
Abusare de la suerte y me filtrare en tus poros, para deslizarme por tu piel y finalmente acabar en tus labios de Jaspe.

La misma piedra que compone mi corazón.

Dedicado a B.L.O.B.